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CD Monfuba, formamos ilusión...



La necesidad de construir un marco de práctica capaz de optimizar por parte de los deportistas las habilidades motrices específicas del fútbol es una de las cuestiones más importantes a resolver por entrenadores y profesores. Desde esta óptica, es necesario buscar un modelo de enseñanza educativa por objetivos y basado en la racionalidad técnica para darle una entidad propia al juego del fútbol.

El proceso de enseñanza del fútbol debe de articular y hacer suyos, además de los aspectos técnicos propios de este deporte, otros aspectos emocionales como la cooperación, la participación, la autoestima, la disciplina y sin olvidar el carácter lúdico de la actividad deportiva, por lo que la enseñanza del fútbol puede ser considerada como un proceso de construcción durante el cual los practicantes van integrando niveles de relación cada vez más complejos buscando superación en ellos.

Teniendo en cuenta los factores físicos, técnicos, tácticos, psicológicos y biológicos de cada etapa educativa, se establecerá la planificación como base para el diseño de cada entrenamiento.


Por lo tanto, como “escuela” estamos en la obligación de huir de métodos espontáneos y sólo mediante un proceso reflexivo previo pondremos en práctica el trabajo, albergando la flexibilidad como compañera de viaje. Todo este proceso culminará con la evaluación constante de los progresos conseguidos para valorar la consecución de los objetivos.